Tras el contratiempo de ayer, que tubimos que desviarnos de nuestro camino unos 10 kilómetros a la derecha, por que el Hotel estaba cerrado por problemas con el agua, nos despertamos ahora y tenemos que recuperar el camino.

Mientras desayunamos en este estupendo Hotel (menuda cena la de ayer), consultamos el GPS y planeamos la ruta más corta. En vez de vovler sobre nuestros pasos e intentar retomar lo anterior, el GPS nos sugiere una alternativa que nos ahorra kilómetros y nos devuelve a la nacional un poco más arriba del pueblo donde si deberiamos haber pasado la noche.

El desayuno en buffet libre está bueno. Pagamos con ganas, pues ha merecido la pena el descanso y la comida. Salimos a la carretera que nos condujo hasta esta urbanización desde Valencia de Don Juan y la seguimos unos pocos kilómetros alejándonos del Hotel y de Valencia. Es la comarcal LE-523

Paramos para ver las "casas de hobbits" y colección de calabazas que hay en las colinas a nuestra derecha. Impresionante. Todo el mundo aquí quiere tener su propia cueva-casa. Si sale un hobbit a ofrecernos tabaco de fumar, no me hubiese sorprendido.

Tenemos por delante 39,8 kilómetros. Seguimos recto pasando "la comarca", el país de los Hobbits hasta Estación de Fresno de la Vega, allí dejamos la comarcal para girar a nuestra izquierda cruzar el pueblo y por una carretera (CV-194-18) llegar a Fresno de la Vega que está al lado. Pasamos la calle constitución y callejeamos hacia nuestra derecha para perdernos. Hay que salir, llendo ligeramente a nuestra derecha hasta pillar la carretera, casi sin tráfico, CV-194-19 en dirección a Cabreros del Río. Son unos kilómetros absolutamente llanos por la ancha castilla, hasta que se acaba la carretera y tenemos enfrente Cabreros del Río.

No entraremos en este pueblo, sino que en el cruce giraremos a nuestra izquierda por la CV-194-17 que con más tráfico nos conduce hasta la nacional 630 a la altura de Villalobar. Vermos no muy lejos la autovía.

A partír de ahora será recto y sin dificultades por el arcén de la nacional hasta León. Pasaremos Cembranos, y entre éste y Onzonilla hay una salida de la autovía, y empiezan los polígonos industriales, así que desde este punto el tráfico rodado será intenso. Hay que prestar especial atención en las rotondas.

No pararemos y seguiremos todo recto hasta que la nacional se transforme en una calle de León. Cuando cruce con una avenida principal, giraremos a la derecha para pasar por encima de las vías del ferrocarril, justo despues encontraremos flechas que conducen al albergue de peregrinos. Las seguiremos al revés para llegar hasta la catedral. Hacía 7 años desde que pasamos por aquí haciendo el Camino. Lo celebramos con una visita a la catedral. Es impresonante.

Descansaremos, pues llevamos 40 kilómetros y una vez que dejemos León empieza la zona de montaña y necesitaremos las fuerzas. Es agradable ver de nuevo a peregrinos después de casi dos días solos.

Serán los últimos que veamos. Hacia Oviedo no va nadie, y a Gijón menos aún.

Entrar y salir de las grandes ciudades siempre nos resulta a nosotros una de las tareas más costosas en tiempo, por eso intentamos dejar indicados las calles para salir, siguiendo el sentido de la circulación, ya que vamos en bici. Es posible que no sea el camino peatonal más corto.

Salimos desde la catedral por la plaza regla, a la calle ancha y de allí a la plaza san marcelo y plaza santo domingo, donde pillaremos la avenida del Padre Isla, que es la calle que nos conduce sin pérdida a Carvajal de la Legua. Siguiendo recto por esta calle hasta que desaparezcan los edificios y se transforme en la carretera a carbajal. Volvemos a estar bien situados. Escasas flechas amarillas. El cielo promete lluvia.

La carretera tiene mucho tráfico y poco arcén, pero estaba de obras cuando fuimos, quizás ahora esté mejor.

No tiene pérdida, sin salirnos de esta carretera llegaremos a carvajal. Pueblo alargado y en cuesta: aqui desaparece el llano.

Tenemos dos posibilidades: seguir las flechas amarillas, que fue nuestra opción; salir del pueblo a la comarcal.

Normalmente, en tiempo soleado, podemos recurrir al camino. Está bien señalizado con flechas amarillas (llevabamos muchos kilómetros sin verlas) y probablemente las últimas que veremos tan bien indicadas, ya que rumbo a Gijón ni peregrinos ni Flechas.

Entramos a Carvajal por la carretera desde León. Seguimos por esa misma calle hasta el final del pueblo, donde pasa a camino de tierra y dejamos el último chalet a nuestra derecha. En nuestro caso había llovido antes y el camino se veía embarrado. Empezamos la primera cuesta de las que nos quedan ese día.

Rápidamente el camino embarrado se transforma en un infierno de barro y lluvia. Las bicis se vuelven incomtrolables como un elefante con patines.Empezamos a alternar el pie con ratos cada vez más cortos de bici. Lamentamos nuestra decisión de no salir por carretera. Buscamos alguna posibilidad de salir de aqui, pero no hay ninguna.

Seguimos como podemos por la pista foresta, al menos las indicaciones son suficientes y la pincha es aceptable, ¿podría ir peor?

Si, el camino deja la pista forestal y sube pendiente arriba por un camino de monte apto sólo para caminantes. Con las bicis a cuestas y el barro nos acordamos de la familia (con perdón) del que marcó el puto camino. Este sendero sube hasta lo más alto de la colina desde la que vemos la comarcal que va abajo a lo lejos llaneando al lado del hermoso río. No vemos posibilidad de enlazar.

Tras llegar a la cima de esta colina volvemos a descender a otra pista más ancha pero en la que podríamos celebrar peleas de barro. La cantidad de barro es tal que aun llendo a pie tapona las ruedas, las horquillas y la madre que las parió. Aunque deja de llover, no nos sirve de nada.

Unos cuantos kilómetros más y cerca del siguiente pueblo por fin podemos limpiarlas un poco del barro y empezar a pedalear. Sólo nos ha costado 3 horas y media 13,4 kilómetros, pero ya estamos en Cabanillas. Empieza a llover más fuerte, dejamos el camino, las flechas y la madre que las parió y nos salimos con nuestro barrito a la comarcal CV-129-14 cruzando el río bernesga y empezamos a pedalear ahora bien. Pasamos al lado de La Seca (empapados en lluvia), siempre con el río a la derecha, para al poco cruzarlo y atravesar Cascantes por el centro y seguir todo recto hasta La Robla, lo primero que veremos (mientras esquivamos los camiones de carbón) será la centrla térmica.

No es nuestro final de etapa esperado (Queríamos ra La Pobla de Gordón), pero el frío de la lluvia, el cansancio y el barro acumulado hacen que busquemos alojamiento. Sólo hay un hostal en la localidad en la que pillamos habitación.

Aprobechamos que sale el sol y son las 5 de la tarde para ir hasta la gasolinera al lado de al lado de la Nacional para lavar a presión las bicis. Una vez limpias de tanto barro, las revisamos, ajustamos y compramos en la misma gasolinera grasa con teflón (la típica de motos). Repasamos cadenas, piñones, platos y pedales automáticos. Una maravilla.

Después a ducharnos, cenar y dormir.