Este precioso Ibón, uno de los más grandes entre los naturales (no recrecidos por presas) no es sencillo. Hay que sudar si queremos alcanzarlo.

La senda parte de la pista forestal que recorre el valle de benasque, desde Senarta hasta el Hospital. Hemos de ir con el coche por la carretera y salir por el desvío que conduce a baños, pasar junto al Camping y Zona de Acampada, y justo cuando empieza a subir hacia Baños de Benasque, en la primera curva saldremos por la pista forestal a nuestra derecha. Si nuestro coche es bajo tendremos que dejarlo antes ya que la pista es mala y podemos romper el carter y quedarnos sin coche (el día que hicimos la excursión nosotros pasamos, pero otro coche que venía detras rompió el carter y perdió todo el aceite). Podemos seguir la pista volviendo sobre nuestros pasos hasta el primer puente, alli podemos dejarlo, o cruzarlo y seguir por la pista hasta volver a cruzar por el siguiente puente, allí si hay que dejarlo. Justo allí veremos el cartel que marca el incio de la excursión.

Según el cartel tenemos 3 horas 30 minutos de excursión, a nosotros nos costó 3 horas 15 minutos, incluyendo descansos. Montañeros en forma podrían hacerlo en menos.

Desde el cartel empezamos el ascenso entre las sombras del bosque, a la izquierda del río, que desciende del ibón. Desde el comienzo tendremos una fuerte pendiente que no nos dará tregua en 1 hora. Este fuerte ascenso es el anuncio de lo que nos espera.

Aproximadamente 1 hora despues saldremos del bosque a una pequeña pradera, nosotros hicimos un descanso al comienzo. Hay agua del río.

Tras atravesar la pradera, llaneando, volveremos a subir, entre pinos. El descanso de la pradera es breve, y la cuesta entre los pinos muy fuerte. Hay varios atajos o caminos, pero todos llevan al mismo sitio. Basta seguir los mojones, y sudar mucho. El camino está en fuerte pendiente y tiene mucha tierra y piedras sueltas, es fácil resbalar. Sube ligeramente hacia la izquierda.

Finalmente salimos de los pinos y el camino nos acercará, siempre subiendo, aunque no tanto, hacia nuestra derecha en una diagonal que nos conducirá hacia el ibón de Cregüeña.

Este tramo final transcurre en una pedriza grande en la que hay que prestar atención para no meter el pie en ningún agujero entre las piedras. En algún punto tendremos que trepar alguna piedra un poco más grande. Nos acercaremos al río y pronto empezaremos a pisar agua también. Finalmente tras un último tramo empinado alcanzaremos el brazo pequeño del Ibón. Podemos desdencer y descansar un rato si queremos, no obstante, para ver el ibón en toda su magnitud, retomaremos el camino, que sigue ascendiendo un poco y sorteando una roca grande que no ofrece paso (al menos paso fácil) alcanzaremos el resto del ibón. Tendremos que descender de nuevo para almorzar al pie del mismo y disfrutar de esa maravilla. Por cierto, hay buen eco.

La vuelta por el mismo camino, aunque descubrimos que se puede pasar a un nivel intermedio sin ascender tanto, justo en el principio. El regreso no ofrece dificultad y podremos comprobar lo empinado del camino, hay que estar atento para no caerse. Algo menos de 3 horas de camino de vuelta. 

Desde el Ibón podemos llegar tanto a los Ibones de Coronas, por la brecha baja, como a los de alba, pero ambos pasos son dificiles y para gente experimentada.

Otros montañeros que hacían esa excursión ese día sufrieron una caida mientras realizaban el camino de regreso (hay que tener cuidado de no despistarse). El helicoptero de rescate del 112 los socorrió rápidamente, afortunadamente no fue grave y pudieron bajar por sus propios medios.