Desayunamos a las 8, en el bar de enfrente de la Pensión. No tanto como otros días, pero fuerte para aguantar y con el estomago lleno volvemos sobre nuestros pasos hasta la Ruta de la Plata. Sigo sin entender como nos desviamos ayer. Nos cruzamos (¡por fin!) con unos que lo están haciendo andando. Intercambiamos saludos, conversación e indicaciones. Proseguimos a buen ritmo. Pista ancha y en buen estado, menos mal que es temprano y no hay sol, porque esa pista es un secarral.
Al rato un coche nos pita y nos dice unas cuantas cosas por ir en Bici por la pista (si, si, en la Ruta de La Plata) que si es un camino agrícola que si las bicis no pueden circular etc, etc. Desustanciados en todas partes. Nosotros tampoco somos amables. Seguimos por la pista que se estropea al rato. Entre los tractores, que deben estar arreglándola y que estaban regando es un poco peor y con barro, pero se puede llevar bien. El sol ya ha salido con fuerza.
Seguimos por caminos agrícolas cada vez peores que nos conducen, cruzando las vías del ferrocarril hasta estar paralelos a la nacional 630, donde nos encontramos el cartel que anuncia Mérida. Los mojones y los azulejos de la junta de Extremadura estaban, una buena parte, rotos por obras y desperdigados fuera de su sitio, al final optamos por incorporarnos a la nacional y en poco más llegamos a Mérida. Entramos por polígono industrial, una gasolinera y nos metemos a la derecha y al poco hay que cruzar la carretera, llena de tráfico, a la izquierda, para llegar a una serie de rotondas que conducían hacia el río y al puente romano. BIEEEEEN. Cruzamos triunfalmente... por el puente de al lado. Seguimos todo recto, cuesta arriba y empezamos a visitar las distintas ruinas empezando por el triste arco (que no es el que simboliza la ruta), rifirrafe con un abuelillo que casi nos atropella, discusioncilla e insultos varios.
Mérida es una ciudad preciosa, múltiples cosas para ver, por supuesto no hay que perderse el Teatro y Circo romano, puente, bla bla bla, comemos cerca del teatro. En el recinto del Teatro nos permiten meter las bicis y dejarlas atadas. Calor del bueno, pero como ya vamos quemaditos, parece que aguantamos.
Salimos después de comer tras una visita completa, menos al museo. Intentamos sellar en el albergue al lado del río, pero no pudimos: estaba cerrado. Seguimos todo recto por el río, siguiendo las indicaciones y buscando una farmacia para las quemaduras del sol. Cruzamos las vías del ferrocarril por un paso junto al acueducto de los milagros, de Mérida, y antes de salir en dirección al embalse de Proserpina, encontramos una farmacia que tenía "acerbiol" para las quemaduras.
Al embalse de Proserpina se llega por una carretera, la salida de Mérida está bien indicada, aunque hay una variante que no pasa por dicho embalse, recomendamos ir a verlo. Llegamos sin pérdida por la carreta, descansamos las fotos de rigor, que bonito embalse romano, y seguimos adelante. Las flechas amarillas por la carretera están marcadas en los árboles, hasta que encontramos una que indicaba seguir recto, y al otro lado de la carretera, a escasos metros, en un árbol otra indicando un giro a la izquierda. Para los que van andando no es problema. A la velocidad de la bici pueden ocurrir tres cosas:
Primero: no ves la de torcer y sigues recto, te pierdes y andas unos kilómetros de más (suele ser nuestra opción favorita).
Segundo: giras bruscamente y se te lleva el coche que viene detrás de ti.
Tercero: giras bruscamente, esquivas el coche de milagro, y clavas la rueda en el bancal de arena con el que se inicia el camino, caes al suelo, lijándote contra la gravilla. Muy digno tú, te levantas y avisas al compañero. El compañero avisado, clava la rueda en el bancal de arena y cae dignamente lijándose a tu lado.
En nuestro caso optamos por la tercera opción. Por cierto había un grupillo de gente mirando que se lo pasaron bien con el espectáculo.
Seguimos por la vereda, marcada con muchos surcos de la lluvia, rellenos recientemente de arena donde había que andar con cuidado. Ligera cuesta arriba atravesamos dehesa de cerdos (ibéricos), y llegamos a El Carrascalejo. Nos lavamos las heridillas en la fuente, giramos por detrás de la iglesia, bajas hacia un cauce y continuando por el camino tras volver a recuperar algo de altitud llegamos a Aljucén.
Este pequeño y pintoresco pueblo nos recuerda a "El burgo ranero" del camino de Santiago. La casa rural está ocupada y dormimos en el albergue cutre de peregrinos (menos cutres) del pueblo. Cenamos en el Bar del pueblo, comida casera, sencilla pero abundante y buena. El bar del pueblo está atendido por la misma persona que atiende el albergue. Nos encontramos con dos ciclistas, que por separado, estaban haciendo la ruta. Entablamos más conversación con Jaime, un chaval de Málaga muy salado y charrador. Aprovechamos para hacer colada en el albergue y tenderlo para que se seque.
Novedad abril 2008: dos años después de nuestro paso por alli nos ha llegado la noticia de que han abierto un nuevo sitio de turismo rural junto con unas termas romanas. Nos parece una iniciativa genial, ya que este pueblo es muchas veces etapa obligada y carecía de muchas cosas. Una gran iniciativa, y esperemos que tenga éxito y sea ampliada.
Podeis ver toda la información en www.aqualibera.com. La web explica todo, se puede reservar a través de ella y tiene buena pinta. Una pena que no estubiese a nuestro paso!!!
Alojamiento:
Albergue de peregrinos de "Annalena". Entrada del pueblo a la derecha.
Apartamento Rural - Termas romanas "Aqua Libera". Tlf 924.310032 667.520190 c/ Cáceres nº 20 06894 ALJUCÉN.
Restaurante:
Bar del pueblo. Avisar del número de cenas o comidas.
Kilómetros: 46 desde Almendralejo.
NOTA: es importante hacer hincapié al que siga la ruta que aunque intentamos describirla con detalle, especialmente cruces o situación conflictivas, tanto en esta ruta de hoy como en varias etapas más existen multitud de obras. La mayoría construcción de la autovía "ruta de la plata", otras de arreglos de los caminos, que borran y cambian las indicaciones. Esto provoca que en los próximos años haya variaciones en algunos tramos que intentaremos indicar.